El alma de nuestra almazara, tradición que perdura
En Almazara Curtioliva, nos enorgullecemos de producir el mejor Aceite de Oliva Virgen Extra de la Región. Ubicados en Molina, nuestro compromiso con la calidad y la tradición nos ha convertido en un referente para quienes buscan un producto auténtico, lleno de sabor y elaborado con el máximo respeto al medio ambiente.
Nuestra historia comenzó hace más de una década, cuando decidimos combinar la sabiduría de generaciones de agricultores locales con la tecnología más avanzada en el sector oleícola.
Desde el principio, nuestra misión ha sido clara: llevar a tu mesa un aceite de oliva excepcional, obtenido exclusivamente de aceitunas cuidadosamente seleccionadas de los olivares de nuestra región.
Nuestra historia y compromiso con la calidad
En nuestras instalaciones, contamos con maquinaria de última generación, diseñada para garantizar el máximo respeto por las propiedades naturales de la oliva. Cada etapa del proceso, desde la recepción de las aceitunas hasta el embotellado final, se realiza bajo estrictos controles de calidad. Esto nos permite preservar el aroma, el color y el sabor únicos que caracterizan nuestro aceite.
Además, en Curtioliva apostamos por la sostenibilidad. Nuestros métodos de producción minimizan el impacto ambiental, promoviendo prácticas responsables que protegen nuestro entorno y aseguran un futuro para las próximas generaciones.
Pero Curtioliva es mucho más que una almazara. Es el reflejo de una tradición centenaria que ha marcado la identidad de nuestra tierra. Desde nuestros ancestros, el cultivo del olivo ha sido una labor de esfuerzo, dedicación y amor por la naturaleza. Cada cosecha es un testimonio de ese legado, y en cada gota de nuestro aceite se encuentra la esencia de un trabajo bien hecho, fruto del respeto por la tierra y de la pasión por la excelencia.
Sabemos que un gran aceite no solo depende de la maquinaria, sino también de la materia prima y el factor humano. Por ello, trabajamos codo a codo con agricultores locales, seleccionando cuidadosamente cada cosecha para obtener un fruto en su punto óptimo de maduración. La trazabilidad es clave en nuestro proceso: conocemos el origen de cada aceituna y seguimos un riguroso control desde el árbol hasta la botella que llega a tu hogar.